miércoles, 27 de mayo de 2009










“Los luctuosos acontecimientos que vivimos son realmente alarmantes, son resultado de la intolerancia y el capricho de nuestros gobernantes que organizando elecciones creen que enterrarán el odio y racismo que brotó como nunca antes en nuestro país.”Pareciera que los bolivianos nos estamos acostumbrando a vivir en medio del miedo, sin tener una pisca de valor para reaccionar siquiera gritando ante el abuso y el atropello, para defender nuestros derechos, y si seguimos así ya verán que cuando queramos reaccionar será demasiado tarde. No han pasado seis meses del enfrentamiento en Porvenir y Cobija, donde se lamentaron muertes, y la casería de gente contraria al gobierno continua. ¡Qué linda democracia! Los pandinos están más olvidados y pobres de lo que estaban, hay racionamiento de combustible, escasez de artículos de primera necesidad, en el pueblo nadie duerme tranquilo, peor la cosa después del último referéndum donde le dieron tunda al gobierno, en cambio los interventores están felices, disfrutando del contrabando.¿O será que los bolivianos nos estamos acostumbrando a convivir con el “no me importismo” porque no queremos o no nos animamos a defender siquiera a un indefenso (llámese anciano, mujer o niño) cuando un delincuente a plena luz del día lo asalta en la calle para quitarles un celular o una cartera?Vivimos en un país que se dice democrático, pero qué clase de democracia será la que tenemos, con perseguidos y presos políticos, además de muchos que viven en la clandestinidad por miedo a caer preso, sin ninguna garantía. Los bolivianos estamos viviendo la peor época de nuestra historia, muy parecida a cuando Luís García Meza y Luís Arce Gómez eran los que mandaban en este pobre país. De nada sirve que cuando entonamos las sagradas notas de nuestro Himno Nacional gritamos a voz en cuello “¡Morir antes que esclavos vivir!” Sin embargo, los bolivianos vivimos esclavos de la inseguridad, de la prepotencia por el solo hecho de pensar diferente. Esclavos de la delincuencia, de una tropa de delincuentes que hacen lo que les dá la regalada gana. Estos días quedamos muchos y otros se fueron del país en busca de mejores oportunidades, y cómo son las cosas, ahora el gobierno los necesita para que emitan su voto, para eso el gobierno (previniendo el susto que se llevará en las próximas elecciones) hábilmente y con anticipación envió a su ministro Juan Quintana, cargado de pasaportes, para beneficiar a los miles de bolivianos indocumentados que se encuentran en España, y todo a cambio de un voto. Últimamente, por medio de la televisión (Cadena A), en el programa “Sin Letra Chica”, el pueblo boliviano está conociendo las matufias que se hicieron para ganar las elecciones. ¿Quiénes se manifiestan? ¿Quiénes ofrecen su apoyo? ¿Quién dice algo ante semejante denuncia? ¡Nadie! Por datos que difunde la prensa, los bolivianos en el extranjero están entre dos y medio a tres millones, de los cuales más de un millón y medio están en Argentina, 200 mil documentados y 250 mil indocumentados en España, 500 mil en Virginia (EE.UU), 150 mil en Brasil y el saldo, unos 400 mil cochabambinos que viven felices comiendo chicharrones, tomando sus traguitos y sacudiendo a sus mujeres que se encuentran desparramadas por todo el mundo.Los bolivianos sabemos que quienes pasaron por Palacio Quemado nunca se acordaron que es obligación de un Gobierno democrático proteger al ciudadano y garantizar su libertad de pensamiento, brindarle protección a su vida y a la de su familia, respetar sus derechos fundamentales, como conseguir un trabajo que le permita vivir dignamente, ejercer su propiedad privada con todo derecho, nada de Justicia Comunitaria, disfrutar él y su familia de salud y una buena educación y lo que es muy importante contar con seguridad jurídica, así sea dentro una “cosmovisión plurinacional multinacional” como dice su ministro Choquehuanca, ese que afirmó que las piedras tienen sexo, dizque. Mientras tanto, nosotros seguimos viviendo en medio de lo que tanto nos gusta hacer, organizar elecciones y por eso nos la pasamos de elección en elección, de donde no sacamos ningún resultado, estamos de referéndum en referéndum para que todo siga igual, solamente se incrementa el odio y el resentimiento entre bolivianos, en contra de los curas y periodistas. Nadie tiene la seguridad, solo Dios debe saber dónde iremos a parar o, como dijera nuestro alcalde Percy Fernández Añez cuando se le preguntó sobre el futuro que le depara a nuestro país, dijo no saber “en qué mierda irá a terminar esto”. Estos días y desde hace mucho tiempo (desde la llegada del MAS al poder) vivimos en un país democrático donde el Estado de Derecho está en manos de los Movimientos Sociales, los S.S. del gobierno, quienes actúan en complicidad de nuestra institución tutelar de patria como son las F.F.A.A. y la Policía. Lo sucedido con la vivienda del que fuera ex vicepresidente de la República Víctor Hugo Cárdenas es una muestra y esto debe llenarnos de vergüenza a los bolivianos, ahí la Policía y nuestras gloriosas FF.AA mantuvieron un silencio cómplice ante semejante abuso, seguramente (el pueblo esperará) que estas instituciones algún día rindan cuentas ante el Congreso de la República por su actitud y comportamiento. Los luctuosos acontecimientos que vivimos los bolivianos son realmente alarmantes, son el resultado de la intolerancia y el capricho de nuestros gobernantes que organizando elecciones creen que enterrarán el odio y racismo que brotó como nunca antes en nuestro país. Este comportamiento está poniendo en peligro nuestra frágil democracia, la institucionalidad y, porque no decirlo, la integridad de esta patria digna de mejores días. Ahora, la cosa no es solamente gritar ¡autonomía carajo! Está en nosotros el demostrar que estamos dispuestos a morir antes que vivir como esclavos, porque no podemos dejar a nuestros hijos un país donde los humillen y los ultrajen, porque nosotros no hicimos nada por nosotros mismos.

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