martes, 26 de mayo de 2009

Códigos de Terror












El régimen del jefe cocalero y presidente del Estado Plurinacional, Evo Morales Ayma, aplica en el país los “Códigos del Terror” diseñados, enseñados y ejecutados por Cuba, Venezuela e Irán mediante sus escuelas de “adoctrinamiento ideológico” como parte de la “lucha filosófica conceptual” y simbólica con el propósito de cambiar masivamente la mente y conducta de los ciudadanos con menores o ninguna capacidad intelectual.El investigador y columnista colombiano, Samuel Ángel, del CIPED Internacional LLC, en un estudio sobre el terrorismo alrededor del mundo, indica que éste “todos los días” busca “nuevas salidas, nuevos caminos” a partir de Códigos destinados a lograr el poder absoluto aunque estos actos “podrían denominarse contra natura, incomprensibles e impensables (…) como salidos del averno sembrando caos y terror”.Tras una serie de explicaciones, afirma que en los países donde se aplica los Códigos del Terror se lleva a cabo una “guerra ideológica y conceptual” ante la imposibilidad de tomar las armas, motivo porque los “profesionales del terrorismo” utilizan las creencias que son unidas con fuerza a la estructura del lenguaje y a la estructura aparente del mundo “confundiendo la realidad” con representaciones generadas que “han venido cambiando el transcurrir de la historia en lo poco que ha transcurrido del presente siglo”.BELIGERANCIAEl investigador y columnista cita también a la beligerancia como otro de los Códigos del Terror, código que es adoptado para suplir la precaria formación doctrinaria de algunos sectores de ciudadanos con poca o ninguna capacidad intelectual y disposición al desconocimiento y violación de normas, libertad, democracia, prosperidad “y en general los valores” lo que, voluntaria e involuntariamente, los “lleva a las manos del terror”.Samuel Ángel, da cuenta que para la aplicación de los Códigos del Terror “el campo de acción no tiene límite, su mente es global, el Estado-Nación no existe motivo porque se desplazan entre países sin líneas fronterizas y su “sofisticación los lleva a vivir como dueños del mundo” y el concepto de espacio nacional como Estado es considerado de forma global, es decir, lo aplican de esa manera también para las rutas del contrabando de productos y otras actividades ilícitas “como el comercio de drogas, el tráfico de armas, la trata de personas y otras”. Agrega que “Las rutas de actividad de Hezbolá son las mismas que las de los narcotraficantes de México hacia Estados Unidos o las rutas de contrabando de la triple frontera Paraguay, Argentina y Brasil, son las mismas del tráfico de armas hacia las FARC”.El investigador reconoce que para la aplicación de los Códigos del Terror es necesaria la participación de “los mejor educados y más autosuficientes” ideólogos y activistas que encandilan a jóvenes y población sin formación explicando “las razones de las desigualdades humanas, los culpables del calentamiento global, las causas de la crisis económica mundial” que sólo tienen una respuesta y un culpable apuntando “sus dedos inquisidores hacia el gobierno de los Estados Unidos y sus aliados”.Revela, finalmente, la ampliación hacia otros países con comunidades empobrecidas de las “escuelas completas” de adoctrinamiento ideológico con el apoyo financiero de la Fundación Mártires y el gobierno iraní y la Escuela de Formación Continental Manuel Marulanda de Venezuela que entre el 20 y 25 de marzo de este año patrocinó el foro “La violencia y lo militar en Marx, combinación de todas las formas de lucha” en el que se cuestionó y puso en duda el derecho a ser libres.

LOS CÓDIGOSSegún el investigador del CIPED, Samuel Ángel, uno de los Códigos es llamado “mentes en movimiento”, es decir, los terroristas que mueven los hilos de esta actividad “no sólo son intelectuales sino que son eruditos, constructores de toda una estructura teórica que sustenta sus actos, dándole forma a una realidad en espejo a la nuestra, completamente distinta pero paralela, subordinando sutilmente el conocimiento a la ideología, la verdad al terror y, en algunos casos, hasta colocando dioses al servicio de la guerra”.Sostiene que los países donde se aplica los Códigos del Terror se lleva a cabo una “guerra teórica e intelectual” con el objeto de que “lo malo se hace ver como bueno y lo bueno como malo, los derechos humanos son el principal campo de batalla. El trabajo intelectual en las áreas judiciales, ONG’s, Corte de Justicia, propaganda y otros mina las actividades de algunas democracias latinoamericanas en la actualidad”.Asegura que otro de los Códigos del Terror tiene que ver con la actividad diaria intensa, con todo un proceso “que puede durar años hasta cumplir con su objetivo final” que es el poder absoluto. “Nunca se detiene como ocurre con la energía, se transforma, puede cambiar de una forma a otra, pero sigue adelante” indica antes de explicar que su trabajo es intenso en el adoctrinamiento e ideologización “a la manera de un robot” con el sistema de “células durmientes o sleepper cells” según la “vieja estrategia del partido comunista de usar al mismo tiempo medios legales e ilegales”.

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