martes, 16 de junio de 2009

La Política de la Infamia y el Castigo


Las detenciones arbitrarias de dirigentes cívicos y opositores ordenadas por el Gobierno central contrastan con la impunidad de la que gozan los simpatizantes del Gobierno central, identificados como autores de abusos y violación a los derechos humanos. Seleme lo pone en relieve y lanza una invocatoria.Esa es la que prima en la Bolivia del MAS. La política de la infamia y la venganza contra la oposición y la pluralidad políticas, atributos esenciales de la democracia moderna. Claro que ya se sabe que el partido de gobierno y sus hombres son cualquier cosa menos demócratas. La usaron y ahora al traste con ella, aunque atosiguen al país de referendos y elecciones para hacer creer al mundo que aquí hay democracia, como si la democracia fuera sólo un método sin contenidos ni valores.
En los hechos, este gobierno es lo más parecido al espanto de los fundamentalismos de todos los tiempos, de aquellos que han hecho y hacen del castigo físico, mental, social y moral su mejor arma de combate contra el adversario político. El comportamiento de los hombres del MAS me recuerda a las Guerras Púnicas. Púnice era el nombre que los romanos daban a los cartagineses, provenientes de los fenicios, y de ahí proviene la palabra punición, que no es otra cosa que castigo. Aquellas eran guerras de conquista. Como la conquista política, social y territorial -incluidos los hidrocarburos- que hace el MAS en el Oriente y en el Sur de Bolivia. Frente a sus rebeldías autonomistas y contestatarias, la punición, la infamia y el castigo ‘ejemplificador’.
Una alevosa medida punitiva impusieron a los confinados, actuales presos de Pando, incluida una policía mujer. Lo están haciendo con dirigentes cívicos tarijeños, detenidos con hombres encapuchados. ¿Se esconden de la sanción social? Con la mentira por boca propia y ajena, hoy le imputan a quién les venga en gana. Y esa mentira impúdica se desnuda sin atenuantes. Es la política de la infamia y la mentira, acto terrorista para castigar a un adversario político, ya que le fallaron otros intentos.
Asumo, eso sí, que esa actitud no es privativa del MAS, porque las luchas políticas, que son luchas por el poder, así han sido en toda la historia de la humanidad. Pero no es un consuelo cuando la infamia y el castigo se vive en carne de amigos, conocidos y ciudadanos/as que merecen, hoy como ayer, la verdad antes que la infamia.
Una infamia es la que hicieron en la Calancha en Sucre, donde murieron a bala un carpintero, un abogado y un estudiante defendiendo la capitalidad, mientras los responsables, como el Mariscal de Campo que miraba con su largavista el campo de batalla, quedan impunes. Otra infamia es que los asesinos del joven Urresti, en Cochabamba, sigan gozando de protección gubernamental, como los movimientos sociales afines al Gobierno que masacraron hasta dejar con muerte cerebral, hoy fallecido, a otro joven, un cruceño unionista. Parafraseando, los muertos del Gobierno son héroes. Los demás son villanos.
Lo demuestra el ‘Informe Mattarolo’, nombre del jefe de la Misión de Unasur, dizque para esclarecer los luctuosos sucesos de Pando. Esa injerencia alentada por Hugo Chávez desnuda que la calificación de “masacre” dada por Mattarolo es un abierto respaldo a Evo Morales, que sentenció de antemano la supuesta masacre para castigar-condenar a Fernández. Ese infame informe queda para cuando salga de la clandestinidad que lo protege.

Bolivia en vivo y en directo a más de persecuciones, atentados al Estado de Derecho y al respeto de la libertad de las personas vía las punitivas e infames políticas del gobierno masista, en la Bolivia en vivo y en directo no encaja el anticapitalismo que pregonan. Y no encaja porque así lo demuestra, entre otros, el ilegal ciclo cultivo-hoja-de-coca-cocaína-narcotráfico, ciclo hoy más poderoso que nunca, fiel al meollo del sistema de producción capitalista dinero-mercancía-dinero, plusvalía-ganancia mediante. El perverso circuito de la droga se arropa en un sofisticado e ilegal aparato de producción, distribución, circulación y consumo, con altísimo valor agregado. Funciona de acuerdo a las más estrictas normas de reproducción y acumulación de capital. Si no, ¿cómo explicar que pesar de los casi diarios operativos en su contra -está científicamente comprobado que sólo se incauta entre 10/% a 15 % de lo producido- el delito anda viento en popa?
En cambio, la Bolivia agropecuaria y agroindustrial, es decir la Bolivia productiva legal, sobre todo en el Oriente, está en coma, una situación que luego repercutirá en la seguridad alimentaria, por falta de combustible, merced a la ineficiencia de la trilogía Ministerio de Hidrocarburos-YPFB-Superintendencia del ramo. El nuevo invento, dicen que para frenar el contrabando, es una sarta burocrática de marchas y contra marchas que rondan lo grotesco. Un ejemplo: una activa señora de 84 años, dedicada a la agropecuaria hace 60 años con su certificado de actividad, compró 360 litros de diesel, creyendo que podía comprar hasta 400, como instruía la última disposición. Pero fue detenida cuando iba a su finca, llevada a la refinería de Palmasola, decomisaron su compra y la camioneta y ella estuvo detenida durante más seis horas como una vulgar contrabandista, mientras los verdaderos delincuentes “bien, gracias”. Esa es una parte de Bolivia en vivo y en directo, donde se toma presa a gente trabajadora, mientras el crimen hace su agosto y los narcotraficantes hacen los ajustes de cuenta a su manera.
En esta Bolivia en vivo y en directo, los agresores a periodistas y los criminales linchadores de Achacach” dictan su ‘estado de sitio civil”, se escudan en su justicia comunitaria, en su silencio cómplice y andarán libres sin pena ni culpa para eterna memoria. ¡Y hay algunos antropólogos que no justifican los linchamientos, pero “tratan de comprenderlos”! En cambio los torturados, masacrados, quemados, hasta los muertos, resultan criminales prontuariados y han pasado a la justicia ordinaria. Esa es una Bolivia en vivo y en directo. A esa Bolivia le diremos NO el 25 de enero.
“A más de persecuciones, atentados al Estado de Derecho y al respeto de la libertad de las personas vía las punitivas e infames políticas del gobierno masista, en la Bolivia en vivo y en directo no encaja el anticapitalismo que pregonan. Y no encaja porque así lo demuestra, entre otros, el ilegal ciclo cultivo-hoja-de-coca-cocaína-narcotráfico”.

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