miércoles, 17 de junio de 2009

El Dominio debe ser Total


En décadas pasadas empezaron a llegar al oriente, sobre todo a Santa Cruz, miles de personas del interior que buscaban trabajo y a través de él mejores condiciones de vida para sí y los suyos, aunque no fueron pocos los que arribaron para hacer lo que les viniese en gana, peor aún, con aviesas intenciones: individuos dedicados a la delincuencia, ex presidiarios decididos a reiniciar sus fechorías. Bien por los que contribuyeron al crecimiento de la producción agropecuaria, por los que instalaron pequeños, medianos o grandes talleres, negocios e industrias encuadrándose en las normas, por los profesionales que trajeron sus conocimientos valiosos, forjándose todos un mañana esperanzador. Lamentable por los otros, es decir los que instalaron antros y chicherías, los que levantaron toldos y se asentaron en las calles para dar rienda suelta a sus caprichos -sin obedecer las reglas, aunque sin nadie que las haga cumplir-, y mucho peor por los marginales que con arma en mano y con pasmosa sangre fría atracaron, asesinaron, violaron, traficaron en comunidades, pueblos y ciudades. ¡Y lo siguen haciendo e infelizmente encontraron en los llanos alumnos aventajados, de ahí que vivimos punto menos que en auténticos infiernos! Pero en los últimos tres años, o mejor dicho desde que se instaló la dictadura que ahora nos abate, los contingentes que llegan al oriente tienen fines estrictamente políticos puesto que están dirigidos a doblegar la voluntad de tres de los departamentos más autonomistas y donde el gobierno masista encuentra más oposición. El asunto, así sea con militares, es dominar toda la llanura, por eso el año pasado se tramaron los trágicos hechos de Cobija y Porvenir para apoderarse de Pando, y casi perpetran otra masacre en Santa Cruz cuando cercaron la capital hordas enviadas por el centralismo, pobres campesinos y aborígenes a los que este mismo centralismo alimenta con cizaña y embrutece con alcohol y coca. Para redondear los abusos se apoderan de propiedades en plena producción con la venia de autoridades gubernamentales que, por otro lado, no paran de recortar recursos a las regiones para posibilitar otra de las fórmulas con que vienen engañando al pueblo boliviano: los bonos demagógicos que no sirven ni de calmantes de los males que están liquidando a la patria.Aún así -con engorrados y huestes disfrazadas de ‘colonizadores’-, le está costando a la dictadura imponer sus consignas. Ni en el cautivo Pando pudo ganar en el plebiscito de enero pasado, ni teniendo a su favor un padrón amañado y millares de votantes ‘guiados’. El objetivo es el dominio total, que se convertiría en pesadilla de no ser que en el lado opuesto cada cual tira para su lado y, en el colmo de la insensatez, algunos queriendo resurgir de la tumba que ellos mismos se cavaron.

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