lunes, 22 de junio de 2009

Autonomías y el Nuevo Orden Nacional


Desde distintas regiones y visiones; desde el altiplano y el ayllu aymará-quechua, desde el este-sud y los mestizos cambas y chapacos. Una gran mayoría de bolivianos levanta las banderas de la autonomía y desahucia el centralismo, que desde la colonia y la república no ha podido impulsar el progreso nacional.En 1899 la clase minera y hacendaria paceña, con un claro proyecto económico y político y la fuerza de las armas, capturó y llevo el gobierno a la ciudad de La Paz y estableció desde allí un férreo centralismo. Esta clase paulatinamente ha ido declinado su poder al perder su base de sustentación económica, su espacio territorial y su gran potencial minero, ahora necesariamente basado en grandes inversiones internacionales que precisan seguridad jurídica; también ha perdido las tierras, la ultima empresa agrícola fue Collana y la debilidad del gobierno actual permitió su destrucción y con ella la seguridad jurídica en el altiplano. Esta clase económica ha sido poco a poco sustituida por la llamada “Clase Política”, burocracia de paceños, llajtamasis, chapacos y hasta cambas que defiende el bastión del centralismo, procurando mantener una forma de vida parasitaria enquistada en el aparato estatal. Este grupo acostumbrado a vivir del erario nacional, de los contratos, ventajas y canonjías que da el manejo del estado, de las representaciones de empresas internacionales, del acceso e influencias con las embajadas y la cooperación internacional; en fin del uso del poder político, ve temeroso el fin de sus privilegios. Esto mismo ocurrió con los españoles al fin de la colonia, con la burocracia sucrense al fin de la era de la plata.Por otra parte, la ciudad de La Paz sede de este grupo, cercada por los grupos indígenas y con una geografía que permite fácilmente su bloqueo, aumenta su inseguridad y su temor, por ello pontifican y quieren convencernos que el centralismo burocrático es la garantía de la unidad nacional. Esta situación hace que el gobierno paceño confunda sus intereses con los del país, un hecho como de Febrero y Octubre, una insurrección local contra este grupo, lo presentan como un tema nacional.Falto de proyecto económico, el presidente Morales miembro de esta clase, en su carrera populista para mantenerse en el gobierno y buscando ganar tiempo nos esta llenado a aislar el país del contexto internacional e inviabilizar cualquier posibilidad de inversión extranjera y por tanto de las posibilidades de desarrollo. Mantener el centralismo sin proyecto económico y social, como pretende la clase política, es inviable. La solución es reconocer las nuevas fuerzas emergentes nacionales y la nueva situación internacional y construir un proyecto económico y social de país que reconociendo las diferencias las utilice en forma sinérgica en beneficio de todos.Hacia la propuesta autonómica. La historia, nos muestra que Bolivia se ha venido refundando cada siglo, y cada vez sobre la base de una poder hegemónico basado en la riqueza minera, primero la plata de Potosí con la burocracia olañetista de Sucre y luego el estaño y la clase política centralista y burocrática de La Paz. Sin embargo los tiempos han cambiado; en estos últimos dos siglos el país ha crecido mas allá del pequeño ámbito de Sucre y Potosí y luego mas allá de La Paz, y además se ha diversificado. La minería ya no es el eje de la economía y las regiones disputan con la hegemonía centralista. En este nuevo siglo la riqueza no depende ya de las materias primas, sino de la innovación, el conocimiento y el acceso a los mercados globalizados. Esta clase política, heredera de las frustraciones y resentimientos fruto de la lamentable historia nacional, esta incapacitada de negociar sin complejos posibilidades de integración y negocios con sus vecinos, negocios que deben ser buenos y justos para ambas partes. Y tratando de justificar su carencia de proyecto económico, que no tienen por ser un grupo burocrático y no productivo ni empresarial, coloca en el vecino, en el imperialismo, en las transnacionales, en los otros, la causa de todos los males del país.Vivimos una época de ruptura y de grandes cambio y lamentablemente aún no vemos una clase dirigencial, de estadistas, capaces de proyectar y liderizar un proyecto de país coincidente con los retos de las nuevas realidades de la tecnología y de la globalización, de ahí que seguimos enredándonos en visiones diferentes.

Una alternativa es ponernos de acuerdo en construir Autonomías Departamentales, donde respetando la diferencia, la alteridad; proyectemos en conjunto un nuevo país donde la complementariedad y la sinergia nos lleven a un mayor progreso.

Autonomía Indígena, Aymará - Quechua. En el altiplano se ha ido consolidando una nación autónoma aymará, que cuentan con idioma, historia común y sentido de identidad. Estos han demandado reivindicando los antiguos ayllus del altiplano, 12 millones de hectárea como Tierras Comunitarias de Origen, y continúan ampliando su territorio, expulsado a los propietarios blancoides y a las autoridades del Estado (jueces, policías, subprefectos) y colocando a su lugar autoridades tradicionales. En el camino han eliminado los símbolos y héroes republicanos, la wiphala por la bandera nacional, Tupac Catari por Bolivar y Sucre.Los grupos tradicionales aimaras, reivindican una cosmovisión que se opone al modelo de mercado vigente en el mundo. Esta cosmovisión responde a la estructura de organización productiva de las antiguas comunidades autóctonas. Es una cultura que surgió en la época del Incario por el afán de sobrevivir en condiciones geográficas difíciles, habiendo desarrollado una estrategia de auto-subsistencia, de solidaridad, donde el poder alimentar sus familias vale mucho más que el concepto de utilidad. Esta visión la contraponen al capitalismo con su concepto individualista de producir para el mercado y de obtener beneficios. Esta concepción de vuelta al pasado refleja mayormente la visión de los grupos rurales, sin embargo los grupos indígenas urbanizados adoptan una forma muy avanzada de mercantilismo y son ellos los propulsores de la economía informal basada en el comercio y contrabando y difícilmente estén dispuestos a acogerse a la rigidez de la vida del ayllu, pero por sentido de pertenencia apoyan esta visión indigenista fomentada también por la cooperación internacional, pero al final la marcha de la economía seguramente generará nuevas alternativas.

El movimiento cocalero de origen indígena, pero con practica política y fuerte y vertical estructura sindical, necesita mantener y ampliar sus cultivos de coca y en procura de fortalecer su posición y salir del Chapare hacia el área urbana y las clases medias, se presto una sigla, MAS, que curiosamente le esta permitiendo ampliar su ámbito de acción, pues pese a que el socialismo fracaso económicamente en el mundo entero, aun perdura como principios e ideales sociales en jóvenes que ven románticamente en el discurso socialista algo mas potable que el capitalismo y el imperialismo norteamericano. A su vez los populistas europeos quizá para oponerse a USA, apoyan a la izquierda populista latinoamericana digitada por Castro y su discípulo Chávez y de paso a este neo socialismo indígena. Con estos nuevos aliados, Evo aspira a tomar el poder total, no le interesa el ayllu y busca expandirse y controlar el oriente; tampoco le sirven las Autonomías porque en su lógica caudillista y vertical significa disputas con otros liderazgos, aimaras u orientales, que no le convienen.

Autonomía Oriental y Chapaca.- El oriente recién forma parte del interés del grupo dominante del país a partir de 1960. El relativo éxito y crecimiento de esta región esta vinculado a la actividad productiva, una visión más proclive a la actividad empresarial, a la inversión extranjera y a su vinculación con los mercados internacionales. Al estar lejos del usufructuo de aparato del estado, desarrollaron estrategias asociativas empresariales y actividades productivas de exportación especialmente relacionadas con la agropecuaria y posteriormente la agroindustria. Tarija, abandonada a su suerte, recién en los últimos años empieza a desarrollar su perfil de productor agrícola y especialmente vitivinícola, pero con el descubrimiento de grandes reservas gasiferas en su territorio se propone usar estos recursos como palanca para su desarrollo. Sin embargo la incapacidad del gobierno de sustentar una política hidrocarburifera competitiva y más bien cede ante los grupos radicales haciendo peligrar esta fuente de recursos y por ello los Chapacos, como el oriente apuestan fuertemente a las autonomías.

Proyección autonomista.- La región oriental y del sur, como fruto de su experiencia histórica, percibe que sus posibilidades de su desarrollo están bloqueados por el centralismo y la clase política, que ha perdido la autoridad, carece de proyecto económico y solo procura llegar al día siguiente. Mientras esto pasa, los intereses de los diversos grupos y regiones, incluidos los de la nación aimara y quechua, no pueden resolverse por la ausencia de gobierno y de estado, y cada vez vemos con preocupación movimientos de confrontación; situación indeseable que podría resolverse si cada uno de los grupos y regiones usa la posibilidad que les da el sistema de Autonomía Departamental, de elegir sus autoridades, ejercer las competencias autonómicas sobre su territorio, definir sus proyectos de desarrollo, etc. Todo esto en función de sus particularidades e intereses legítimos, y sobre esta base encontrar un camino de coincidencias y complementariedades que permitiría construir un país y un futuro mejor para todos.

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