viernes, 14 de agosto de 2009

Por si acaso


Ya no hay ninguna duda: el gobierno quiere hacer trampa. En las buenas épocas del MNR, las trampas políticas eran parte de las reglas del juego. En los tiempos del MIR se las había que pescar. Ahora, en el gobierno de Evo Morales, las anuncian. Y, don Álvaro García Linera -con su enorme experiencia académica- las explica con una pedagogía impecable. Necesitan una ley, “por si acaso no se pudiera aplicar el padrón biométrico”. Pero, además, explica el mecanismo tramposo.Si alguna comunidad no se hubiera inscrito con el nuevo padrón, dice el Vicepresidente que tendría que votarse con el padrón antiguo. O sea, nos está comunicando que la política gubernamental será la de evitar las nuevas inscripciones para utilizar el viejo sistema… ¡más cínico, imposible! La mayoría oficialista tiene que aprobar “sí o sí” (textual de García Linera), una ley “por si acaso no puede cumplirse otra ley” que ellos mismos aprobaron como parte de un acuerdo político anterior.¿Cuál es la sorpresa? Ninguna. Porque en el fondo del razonamiento gubernamental siempre está instalada la misma premisa: hacer todo lo posible por si acaso se presenta alguna circunstancia que impida la implantación de la presidencia indefinida, es decir de la dictadura civil vitalicia. No hay que dejar ninguna posibilidad abierta, ninguna rendija, que impida el proyecto totalitario. Todo se hace “por si acaso” surgiera ese inconveniente.Pero el inconveniente ha surgido y se llama Corte Nacional Electoral. Y como no es un problema menor, los tramposos se enojan. Estaban y están acostumbrados a que nada ni nadie se les oponga y que más bien los demás actúen como sirvientes, lo que tampoco es novedad en las cabezas totalitarias.Es obvio que el más molesto es el Vicepresidente puesto que a él se le ha encomendado la aprobación de la “ley por si acaso”. Y no es que Evo Morales tema perder las próximas elecciones, pero necesita un margen de victoria estrepitosamente grande para culminar su proyecto de aniquilamiento de esta “democracia burguesa” llena de críticos a los que hay que encerrar para que no se les ocurra hacer preguntas al patrón venezolano que recibe la subordinación y el parte de la mismísima guardia de Palacio... ¡bien por la franqueza y lamentable por la vergüenza! Y el margen de victoria necesario se lo da el viejo padrón electoral.Hay que aclarar que la suspensión de la sesión congresal en la que debía aprobarse la “ley por si acaso”, no significa que el gobierno hubiera renunciado a su propósito. Ellos saben que necesitan hacer trampa. Y basta ver la actuaciones de sus parlamentarios en los últimos años para saber, además, que disfrutan haciendo trampas. Mucho más si ahora cuentan con más senadores arrancados de los rincones del oportunismo permanente, ¿no es cierto, senador Börth? La Corte Electoral va a necesitar muchos apoyos para burlar las zancadillas gubernamentales y, afortunadamente, su imagen es considerablemente favorable, a diferencia de los tiempos del servil Exeni.Todo lo que suene a transparente es malo para el gobierno. Todo lo que tenga una mínima facha de institucionalidad es incómodo. Todo lo que contenga algún principio de crítica es su enemigo. Sólo es buena la actitud de las cabezas inclinadas, ¡por eso el gobierno está lleno de ellas! No es raro que Evo trate mal a su propia gente ni es extraño que Chávez lo trate mal a él. Así es en los cuarteles. Allí no hay cortes electorales... ¡Menos mal que aquí, todavía la tenemos!

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